La luna es eléctrica
Nuevas mediciones muestran lo que ocurre en la delgada
exosfera lunar cuando el satélite se introduce en la burbuja magnética
protectora de la Tierra.

La luna suele considerarse un lugar inerte e inactivo. Sin
embargo, un nuevo estudio nos recuerda que nuestra pálida guardiana celeste es
más dinámica de lo que parece. Mediciones recientes de su endeble atmósfera
respaldan la idea de que nuestro satélite está rodeado de un escudo eléctrico y
que dicho escudo parece acumular energía cuando la Tierra lo protege de la
furia del sol durante la luna llena.
De hecho, cuando observas la brillante luna llena en el
firmamento, es probable que estés contemplando el orbe lunar en su punto más
eléctrico.
Los mundos con atmósfera acostumbran a tener capas externas
conocidas como ionosferas. El material que alcanza estas alturas
extraordinarias choca con el vacío del espacio, donde la luz estelar y los
rayos cósmicos lo «atacan», arrebatando electrones a los átomos y creando un
escudo disperso de gas con carga eléctrica, o plasma.
Pese a su campo gravitatorio extremadamente bajo, la luna
posee un tipo de atmósfera muy fina conocida como exosfera. La alimentan pulsos
gaseosos en la superficie, impulsados por la desintegración radiactiva, átomos
esparcidos por impactos de micrometeoritos y viento solar, e incluso polvo
lunar levitado por fuerzas electrostáticas.
En los años 70, las sondas soviéticas Luna 19 y 22 rodearon
la luna y rozaron suavemente la capa de partículas cargadas en lo alto del
terreno silencioso. Al parecer, como en la Tierra, la exosfera difusa de la
luna interactuaba con la luz estelar dando pie a una ionosfera. Es efímera,
pero está ahí.
"Hay muchos aspectos que desconocemos y la verdad es que
todavía hay polémica", afirma Jasper Halekas, autor principal del nuevo estudio
publicado en Geophysical Research Letters y profesor adjunto de física espacial
experimental en la Universidad de Iowa.
Parte del problema es que la ionosfera de la luna es tan
débil que apenas es detectable cuando está recubierta del plasma que sale del
sol y la Tierra. Esto oculta muchas de sus características tras una neblina
violenta, suscitando debate.
Un embolsamiento en la cola magnética
Con la esperanza de arrojar luz sobre este enigma, Halekas y
su equipo recurrieron a dos sondas que vagaban en la oscuridad. Pertenecen a la misión ARTEMIS
—Acceleration, Reconnection, Turbulence and Electrodynamics of the Moon's Interaction
with the Sun— de la NASA.
Como su nombre indica, estas sondas, ubicadas en órbitas
inusuales cerca de la luna, nos ayudan a entender la influencia del sol en el
orbe lunar. Entre otras cosas, el instrumental de las sondas puede observar el
interior de la difusa exosfera lunar.
Pero para verla mejor, el equipo aguardó a un momento
específico: la luna llena.
En este momento, la luna se encuentra detrás de la Tierra
respecto al sol y se introduce en una especie de embolsamiento dentro de la
cola alargada del campo magnético terrestre. Esto significa que la luna y la
tenue cáscara de la ionosfera lunar están protegidas frente a gran parte del
enérgico viento solar que fluye por el espacio profundo de manera constante.
Durante este importante margen, ARTEMIS logró rastrear las
ondas de plasma que emergían del lado iluminado de la luna, bombardeado por la
luz solar, y crear una imagen mucho más detallada de la ionosfera lunar. Es la
primera ocasión en la que se utiliza una técnica de tal precisión en la luna,
algo que ha desvelado que la ionosfera lunar es casi un millón de veces más
débil que la de la Tierra.
Pese a ser débil, el plasma lunar tiene una densidad
sensiblemente superior cuando se encuentra en su refugio que la densidad del
plasma que lo rodea. Esto sugiere que la ionosfera lunar se hace más visible
cuando se encuentra protegida por la Tierra.
Halekas describe este pico ionosférico relativo como "una
pequeña fuente de plasma que burbujea y hierve alrededor de la luna".
Senderos lunares
Esto significa que el plasma lunar puede perturbar
perceptiblemente el plasma procedente de la Tierra y el sol, lo que provoca
cambios observables en las corrientes eléctricas y la distribución de los
electrones en la región. Es posible que exista un vínculo entre la Tierra y la
luna basado en el plasma, e investigaciones anteriores ofrecen pruebas
tentadoras de la existencia de dicho intercambio de partículas.
Pero, por ahora, un sendero de plasma entre la luna y la
Tierra y sus implicaciones para ambos cuerpos celestes son nociones muy
especulativas. Hasta que enviemos mejor instrumental espacial, todavía quedarán
incógnitas.
A estas alturas, también es difícil determinar si la luna
representa a otros cuerpos rocosos del cosmos. Los asteroides y otras lunas de
nuestro sistema solar tienden a ser más pequeñas que "nuestra maravillosa
luna", afirma Sara Russell, profesora de ciencias planetarias en el Museo de
Historia Natural de Londres. Esto significa que retendrían exosferas más
delgadas.
Además, los objetos más alejados del sol estarían bañados en
menos luz estelar comparados con nuestra luna, lo que significa que sus
exosferas no se ionizarían de forma tan eficiente. Ambos factores sugieren que,
si estos objetos rocosos poseen ionosferas, probablemente serían más débiles
que el velo electrificado de nuestro satélite.
Sin embargo, Halekas explica que la extraña ionosfera lunar
es fascinante y "supone una razón para considerar que la luna no es solamente
una roca grande, muerta y aburrida en el firmamento".
Bueno, eso es todo amigos, Hoy vimos otro dato curioso de nuestro espacio, el campo eléctrico de la Luma, una maravillosa obra de arte en el universo, hablando de eso, muy pronto veremos una sorpresa en el artículo 50, pues, ya el tiempo transcurrido me da nostalgia, y todos nos hacemos conocedores de lo que nos rodea, así que siempre dejen su comentario, es importante. Hasta pronto y Adius.
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