Se estarán preguntando ¿Qué rayos tiene que ver la Astrofísica con el Espacio Sideral? Bueno, esa es la pregunta para quienes no saben qué es la astrofísica. Pero deben entender que es muy importante para la Galaxia, el espacio y el universo en general. Por ello hablaremos de ello esta vez.
La Astrofísica es la ciencia que estudia los astros, desde
el punto de vista de la física. Por tanto, está ligada a la Astronomía (estudio
visual de los astros) y a la Física (estudio de las leyes del Universo).
Podemos decir que es una rama específica de la física, cuyas leyes, fórmulas y
magnitudes, se emplean para describir las propiedades y el comportamiento de
los cuerpos estelares.
Históricamente, la astrofísica era independiente de la
astronomía, si bien, Ambas ciencias se fundieron en una sola cuando famosos
matemáticos y físicos descubrieron la forma de relacionar ambas disciplinas, de
forma que hoy en día es inconcebible estudiar con rigor las estrellas o las
galaxias sin el apoyo de las leyes físicas que las gobiernan. Junto a la
astrofísica y la astronomía, discurre paralelamente la cosmología, que es el
estudio completo del origen o la historia del Universo en su conjunto.
Los registros históricos más antiguos de los que se tiene
constancia acerca del interés del ser humano en estudiar los astros, datan
incluso del neolítico, cuando se estudiaba la configuración del firmamento y las
estrellas, en ocasiones con fines exclusivamente religiosos, como se puede
comprobar en los monumentos de Stonehenge, el disco de Nebra, o las pirámides
precolombinas. En todos los casos, ya quedaba patente el interés del ser humano
por descubrir los secretos de las estrellas, sus posiciones y movimientos.
Destacaron también otros grandes filósofos de la antigüedad, como Aristóteles,
con su teoría geocéntrica, Erastotenes, con el diseño de uno de los primeros
astrolabios (la esfera armilar) y multitud de eruditos de todos los
continentes.

No fue hasta la edad media que los filósofos comenzaron a
mezclar las simples observaciones, con estudios geométricos más precisos,
destacando sabios de la talla de Nicolás Copérnico, Galileo, Kepler, etc.., si
bien, ninguno de ellos contaba aún con los necesarios conocimientos físicos
para, no sólo describir lo que veían, sino comprenderlo, predecirlo y
analizarlo, lo que empezó a suceder cuando el gran Isaac Newton escribió sus
"principios matemáticos de filosofía natural" y postuló las Leyes de
la gravitación Universal, estableciendo las bases de la mecánica clásica.
A principios del S. XIX, las leyes de Newton pudieron ser
complementadas con los primeros estudios del comportamiento de la luz, cuando
J. Von Frauhofer analizó el espectro de la luz solar, descubriendo que ciertas
características de los astros pueden ser analizadas y estudiadas bajo el amparo
de las propiedades del espectro, momento en el que nace la astrofísica moderna.
¡Teorías físicas implicadas!
Ya que la astrofísica discurre irremisiblemente paralela a
los avances de la física y las matemáticas, sus fundamentos también se adaptan
a los nuevos descubrimientos y teorías físicas, en orden cronológico a
dichos avances. Así, el universo de los astros ha sido explicado al menos de
cuatro maneras diferentes con el transcurso de los años, de acuerdo a las
siguientes teorías:
1- La teoría de la mecánica clásica y el campo
gravitacional, bajo los estudios de Newton
2- La teoría del campo electromagnético, tras los descubrimientos
de Maxwell
3- La teoría de la mecánica cuántica, introducida por Max
Planck
4- La teoría de la relatividad general, postulada por Albert
Einstein
Teoría del campo gravitacional

Los primeros estudios científicos sobre las propiedades de
los astros, se basan en los conocimientos que introdujeron
Isaac Newton y otros
científicos de la época. Según dichos estudios, los astros obedecían a las
Leyes postuladas por el matemático inglés, de acuerdo a las características de
los
campos gravitacionales, cuya interacción con otras fuerzas y fenómenos
determinaban el movimiento y la física de los cuerpos celestes. La primera
consecuencia podría ser la de considerar los movimientos de un sistema solar
como si de un "sistema inercial" se tratara, donde las fuerzas
cumplen
las leyes de Newton. No obstante fue
Johannes Kepler quien, basado en
las observaciones del
danés Tycho Brahe, formuló las primeras leyes del
movimiento de los astros.
Estas Leyes convencieron a Newton de que, de alguna manera,
los astros ejercían sobre los demás cuerpos, algún tipo de fuerza de atracción
y que dicha fuerza influía en el movimiento de los mismos, tras lo que conformó
finalmente su teoría del campo gravitatorio, hallando la fórmula que deduce la
fuerza de atracción entre dos astros, dependiendo de sus masas, la distancia
que las separa y una constante gravitacional calculada posteriormente por Henry
Cavendish. El hallazgo de esta función, permitió confirmar las leyes de Kepler y
extrapolar lo observado al resto de los planetas hasta entonces conocidos.
Teoría del campo electromagnético

A pesar de su genialidad,
la teoría gravitacional de Newton
parecía dejar sin explicación algunos fenómenos astrofísicos bien observados.
A comienzos del S. XIX ya se formulaban teorías más o menos originales sobre la
naturaleza de ciertos fenómenos físicos como la luz, la electricidad o el
magnetismo. Sin poder evitarlo, dichos descubrimientos acabaron afectando a la
astrofísica cuando
J.C. Maxwell unificó dichos avances en su teoría del
campo
electromagnético, al percatarse de que todos esos fenómenos guardaban relación
entre sí. Los avances de Maxwell permitieron ahondar en la astrofísica, al
aplicar en dicha ciencia las propiedades de las ondas, la luz, etc, de forma
que las propiedades de los astros ya no dependían tan sólo de fuerzas reales o
ficticias estudiadas por Newton, como la propia gravedad, la inercia, el
momento angular, etc, sino que ahora debían tenerse en cuenta los fenómenos
electromagnéticos. Y efectivamente,
fue Maxwell quien se percató de la relación
existente entre la fuerza de la gravedad, la fuerza de atracción magnética y la
propia luz, al comprobar, en primer lugar, la similitud entre sus respectivas fórmulas y
finalmente, el sorprendente resultado de dividir la constante gravitacional
entre la constante magnética, cuyo resultado era otra constante elevada al
cuadrado:
la propia velocidad de la luz.
De esta manera, la ciencia de la astrofísica ya no se basaba
casi exclusivamente en las propiedades de la gravedad, como en tiempos de
Newton, sino que ahora debía tenerse en cuenta también la repercusión de los
fenómenos electromagnéticos.
Teoría de la Mecánica
Cuántica

Las
"normas" de la mecánica clásica de Newton y
las recién incorporadas de Maxwell, a pesar de su genialidad, no pudieron
durante mucho tiempo, explicar diversos fenómenos observados con los nuevos
instrumentos de medición empírica, como por ejemplo, las resultantes de
calcular la radiación térmica de ciertos objetos.
Fue el físico alemán Max
Planck quien resolvió muchos de dichos cálculos utilizando
"trucos
matemáticos" que, a la postre, supondrían el nacimiento de una nueva
teoría física: la mecánica cuántica.
Nuevamente, el universo astrofísico tuvo
que adaptarse a los recientes descubrimientos que descifraban el comportamiento
de la
materia y la energía, desde la óptica de
la mecánica cuántica.
Teoría de la
relatividad

Finalmente, la mecánica cuántica dio paso, de manera
irremisible, a los nuevos ajustes propuestos por el genio
alemán Albert
Einstein, cuando dedujo nuevos e inquietantes fenómenos que implicaban tanto a
la materia, como al
espacio y el tiempo. Aún hoy en día, gran parte de sus
teorías se están terminando de demostrar, mediante avanzados experimentos.
Bueno,
Esto es todo amigos. Hasta la próxima. Adius.
Esperen, esperen, esperen. ¿Creen realmente que yo, Coraline, no diría mi acostumbrado "No desperdicien su oportunidad de comentar? Entonces, no me conocen demasiado. Pero bueno, no están aquí para conocerme a mí sino
al Universo, al Espacio Sideral. Por ello toque un tema, más matemático y sólido, además de traído por la Tierra, que del Espacio.
La Astrofísica. Bueno, amigos, tomen nota, porque
siempre hay algo que aprender. Y
no desperdicien su oportunidad de comentar, para enseñarnos, ahora si. Adius.
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