Agujeros Blancos



La última vez que revisé, el fenómeno astronómico que más interrogantes me generaba eran los agujeros negros. Lejos estaba de imaginar que otra noción de la física espacial, igualmente controvertida, podría aparecer en mi horizonte.

Si bien el universo nos tiene acostumbrados a los contrarios, mi sorpresa fue mayúscula al saber que existe un reverso de esas zonas oscuras devoradoras de luz: los agujeros blancos.

De acuerdo a la teoría general de la relatividad, un agujero blanco es una región hipotética del universo a la cual no se puede acceder y de la cual escapan la luz y la materia. Si recordamos nuestras clases de física, tendremos que un agujero negro es justamente lo opuesto, aquella instancia espacio-temporal que absorbe todo lo que se le acerca y de donde ni la luz ni la materia pueden escapar.

En este sentido, podemos definir a los agujeros blancos a partir de sus contrarios, es decir, que en puridad serían anti-agujeros negros. Los huecos blancos comparten con sus hermanos propiedades como la masa, la carga y el momento angular, solo que las ecuaciones que gobiernan sus funcionamientos son idénticas pero planteadas a la inversa.

Los científicos sugieren que el material absorbido por los agujeros negros en el pasado es devuelto en el futuro por el horizonte de eventos de los agujeros blancos. Incluso, los modelos teóricos sobre dichos objetos señalan que no existen diferencias evidentes entre uno y otro. Aun así, parece ser que los agujeros blancos no serían tan estables como los huecos negros y que colapsarían inmediatamente bajo el peso de su propio efecto gravitatorio.


¿Existen? 
Los agujeros blancos pertenecen al mundo de lo teórico, así que han sido considerados siempre una rareza matemática y no son tan tenidos en cuenta por los científicos como sus hermanos oscuros, ya que no parece haber procesos naturales que conduzcan a su formación.

Sin embargo, en 2006 se recibió una explosión de rayos gamma que no se correspondía con la idea de su procedencia. La duración (102 segundos) indicaba que tenía que haberse formado en una supernova, mas no había tales objetos en el lugar de origen. Actualmente se sugiere que el fenómeno puede estar relacionado con un agujero blanco eyectando materia y colapsando velozmente bajo su propia gravedad.

¿Cómo se forman?
El origen de estos fogonazos cósmicos sería, al igual que ocurre con los agujeros negros, una singularidad, es decir, un punto donde el campo gravitatorio es infinito. En el improbable caso de que una nave se acercara a uno, sus ocupantes no vivirían para contarlo. Y si, sigamos imaginando, el vehículo estuviera totalmente blindado frente a la emisión de radiaciones, los astronautas experimentarían una progresiva desaceleración, como si intentaran ascender por una montaña empinada hasta quedarse congelados en el espacio-tiempo.

Entre los candidatos a agujeros blancos se encuentran los estallidos de rayos gamma, los púlsares (estrellas de neutrones que emiten radiación intensa de forma periódica) o los agujeros negros moribundos. Incluso el propio big bang que dio lugar al universo podría considerarse un agujero blanco. 


De todas formas, muchos científicos rechazan la posibilidad de que estos fenómenos existan realmente. El principal argumento en su contra es que violan las leyes de la termodinámica, las cuales postulan que la entropía o desorden molecular siempre debe aumentar en el universo; los agujeros blancos, explosiones colosales que parecen surgir de la nada, serían excepciones a este inexorable incremento.

Telescopio a la caza
La primera idea de cazar agujeros blancos con un telescopio la pusieron en práctica Nikolai Kardashev y sus colegas en el Centro Aero Espacial en Moscú en 2011 con el lanzamiento del RadioAstron (también conocido como Spektr-R). El dispositivo se mueve con órbitas salvajemente oblongas que lo alejan a una distancia de 350.000 kilómetros, casi tan lejos como la Luna, y 30 veces el diámetro de la Tierra.

El plato solo tiene 10 metros de ancho, pero cuando sus señales se combinan con aquellas de los radiotelescopios en tierra, las imágenes resultantes son tan claras como aquellas tomadas desde una antena de 350.000 kilómetros de ancho. En efecto, RadioAstron puede distinguir objetos del tamaño de una bolita de cristal en la Luna, observada desde la Tierra. Kardashev y sus colegas han usado el aparato para buscar en 100 núcleos galácticos activos, las compactas regiones en el centro de las galaxias que son mucho más brillantes de lo esperado.

De la misma forma en que el teorizado Bosón de Higgs tuvo que esperar décadas hasta ser hallado, encontrar un agujero blanco reivindicaría al físico Igor Novikov, la primera persona en plantear su existencia, en 1964. Por ese entonces, a los agujeros negros se les llamaba estrellas congeladas, y eran aún menos conocidos de lo que son hoy. Novikov hizo lo que hacen los físicos teóricos cuando confrontan situaciones que son imposibles de demostrar con experimentos de laboratorio: usó razonamiento puro para preguntar qué pasaría con un agujero negro si el tiempo fluyera hacia atrás. Su experimento de pensamiento produjo una nueva clase de objeto que escupía materia y luz continuamente: un agujero blanco.


Pero quizás la razón por la cual no hemos hallado uno es porque hemos estado buscando en el lugar y el momento equivocados. Alon Retter, un astrofísico que ahora trabaja en Israel Aerospace Industries en Tel Aviv, piensa exactamente eso. Es más, él cree que es ya podríamos haber atrapado uno en cámara sin darnos cuenta.

Lamentablemente la propuesta de los agujeros blancos sigue estando en el terreno de las especulaciones científicas, y solo tras sucesivas explosiones y nuevas investigaciones se podrá llegar a afirmar la existencia objetiva de tan enigmáticos objetos espacio-temporales: los agujeros blancos.

Bueno, Eso es todo amigos, hemos tocado uno de los temas más importantes del Espacio: Los Agujeros Blancos, si no han visto el artículo de los Agujeros Negros ¿Qué esperan? ¡Vayan ahora! Ahora es el  momento  y se acaba rápido así que no desperdicies tu oportunidad de conocer al espacio ni de comentar sobre él. Por ello, te invito a que no desperdicies tu oportunidad de comentar información constructiva, siempre se necesita. Bueno, espero verlos hasta la próxima. Adius.

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